*Por Juan Marcos París
John Maynard Keynes presenta en 1936 la idea de la Demanda Agregada. Allí explica cómo puede crecer una nación apoyándose en alguno de los componentes de su economía: Consumo (C), Inversión (I), Gasto Público (G) y Exportaciones Netas (Exportaciones – Importaciones). Esta formulita tan simple D.A = C + I + G + (X-M) da lugar a interminables discusiones, interpretaciones y posiciones políticas. Hoy en día, dada la coyuntura macroeconómica argentina, es momento de activar las exportaciones para que jueguen un rol importante en la reactivación que se espera de la economía en 2021.
En 2020, la economía argentina cerró con una caída de su PBI del -12%, culminando con un preocupante ciclo recesivo desde 2018 del -17%, aproximadamente. Se prevé para 2021 una reactivación económica de entre 4% y 8%. Adicionalmente a la cuestión del crecimiento del PBI, Argentina debe generar divisas para enfrentar fuertes compromisos en moneda extranjera, que sólo pueden generarse de manera genuina a través de las exportaciones de bienes y servicios. En este artículo no vamos a tocar el delicado tema de la inflación que azota a la economía argentina hace décadas y que ningún Gobierno ha podido controlar. La única forma de crecer, generar empleo y reducir la pobreza es a través del desarrollo y el crecimiento. La asistencia social, seguramente necesaria, debería ser temporal y decreciente a lo largo del tiempo. Ya hemos aprendido que no es el camino para reducir la pobreza. Si la Argentina precisa cada día de mayor asistencia social es un claro indicio que la situación empeora. Publicitar como un logro el incremento de la asistencia social es incorrecto y no es sano. Si aumenta la asistencia social, es porque aumenta la pobreza y eso no debe ser publicitado ni festejado. El camino correcto es la producción, el desarrollo y la generación de empleo digno. Las ayudas deben ser temporales, monitoreadas y con el objetivo de que las personas, a través de asesoramiento público, puedan desarrollarse laboralmente en algún ámbito.
A octubre 2020, el sector externo revela los siguientes datos. El intercambio comercial argentino ascendió a U$S 8.620 mill. (-13.9%), correspondiendo U$S 4.616 mill. (-21.6%) a exportaciones y U$S 4.004 mill. (-2.8%) a importaciones. Como vemos las exportaciones han caído estrepitosamente respecto al mismo período del año pasado, debido principalmente a la negativa de exportadores del sector primario a liquidar sus exportaciones. Lejos de criticar esta actitud prefiero comprenderlos si tenemos en cuenta el valor dólar que reciben por sus productos. El problema cambiario argentino afecta muchas aristas de la economía, entre ellas al sector externo (clave) si pensamos en la recuperación económica del país y en los compromisos que tiene la Argentina en moneda extranjera.
¿Qué se puede hacer entonces para fomentar las exportaciones y abrir nuevos mercados?
Si bien la coyuntura es complicada y la necesidad de incrementar las exportaciones es real, propongo algunas guías:
1) Seguir penetrando los mercados a los que actualmente exportamos (China, Brasil, Estados Unidos y Unión Europea, básicamente). Agregar valor a nuestros productos y sumar empresas exportadoras a las ya existentes en esos países. Que las grandes empresas sirvan de locomotora de las más pequeñas.
2) Profundizar las relaciones comerciales con nuestros vecinos bolivianos, uruguayos, chilenos, paraguayos y peruanos que por cuestiones geográficas y culturales son mercados de fácil acceso.
3) Mejorar la rentabilidad de los exportadores en función de su valor agregado. Podría ser a través del cobro de menores impuestos o a través de la implementación de reintegros a la exportación. Siempre teniendo en cuenta su nivel de integración local. Esto requiere una negociación seria y con compromisos por parte del Estado y los exportadores. Este camino debería ser gradual.
4) Abrir nuevos nichos y mercados asistiendo a ferias comerciales para dar a conocer los productos argentinos al mundo. Los primeros 4 puntos requieren de una presencia consular y comercial fuerte en los mercados que deseemos potenciar.
5) Capacitar desde el Estado en temas de exportación a pymes argentinas. Ayudarlos en el proceso de salida al mundo. Proveerlos, por ejemplo, con estudiantes de carreras de Comercio exterior ó Licenciatura en economía sería una iniciativa interesante.
6) Para el caso concreto del complejo automotor, Argentina podría especializarse en la exportación de Pick-ups. Esto requiere de una acción deliberada del Gobierno en este sentido. Por ejemplo incluir dentro de las carreras de Ingeniería automotriz ó Comercio exterior materias que apunten en esta dirección.
7) La generación de confianza es esencial para que se desarrolle la economía, tanto en el plano interno como en el externo. Esto implica estabilidad económica, eliminación de la brecha cambiaria a su mínima expresión, funcionarios capacitados y un tipo de cambio que satisfaga a varios sectores. Autoridades nacionales que apoyen o defiendan la situación política imperante en Venezuela no generan confianza en ninguna parte del mundo.
8) Profundizar la inserción de las economías regionales en el comercio exterior.
9) Desarrollar una actitud pragmática, proactiva, creativa y estratégica en las relaciones económicas con el resto del mundo.
10) Optimizar la utilización de las representaciones argentinas en el exterior (consulados, embajadas y centros de promoción cultural y comercial). Se requiere presencia y gestión en los mercados que deseemos abrir.
11) Regímenes de bonificación de tasas, desarrollo del mercado de capitales, financiamiento de inversiones y líneas de crédito comercial para empresas exportadoras.
12) Estabilizar la macroeconomía, cuestión sobre la que escribí antes de las PASO, sigue siendo un tema pendiente. Sin duda, un clima de incertidumbre cambiaria y económica y la presión impositiva no favorece un buen clima exportador. Difícilmente se va a superar este enorme desafío sin introducir reformas que requerirán acuerdos entre las elites de la política y el mundo empresarial, sin que perjudiquen a las capas medias y bajas de la sociedad.
Claramente, dado los desequilibrios macroeconómicos planteados y la coyuntura global no será tarea sencilla incrementar las exportaciones, pero es algo en lo que debemos trabajar, si queremos reactivar la economía y generar las divisas que el país necesita para funcionar correctamente, sin “shocks”, que en última instancia terminan incrementando los niveles de pobreza en nuestro país, como viene sucediendo año tras año en la Argentina. Los argentinos debemos re-aprender a generar excedentes en moneda extranjera y utilizarlos de modo inteligente (por ejemplo, generando fondos anti-cíclicos e invirtiendo mucho en formación y educación), en vistas a perpetuar el crecimiento de la economía y un desarrollo inclusivo.
*Lic. En Economía (Universidad Nacional de Mar del Plata).
Magister en Globalización, Comercio Internacional y Mercados Emergentes (Universitat de Barcelona).